Día 1 (mañana): recorriendo el "Nuevo" Bilbao
Recorriendo el "Nuevo" Bilbao
Ayer nos acostamos un poco tarde y con el cansancio acumulado de toda la semana trabajando, sumado al del viaje en coche para llegar, hoy hemos decidido que no toca madrugar, que estamos de vacaciones!!
Salimos sobre las 10.30 del hotel. Nuestra idea original era ver primero el casco viejo y luego la zona del museo Guggenheim. Pensamos aparcar en un punto intermedio pero... ERROOOR!!! aparcar en Bilbao es misión imposible y además no hemos madrugado precisamente...
Por fin, después de como media hora dando vueltas conseguimos dejar el coche cerca del palacio Euskalduna (ni tan mal, ya que después volveríamos a comer aquí) . Pero visto lo visto, decidimos no tentar más a la suerte con el tema parking, dejar el coche en el mismo sitio todo el día y movernos andando o en transporte público.
NOTA: Si vais en coche a Bilbao tened en cuenta que la OTA en sábados de julio y agosto es gratuita.
Total entre pitos y flautas son las 11 y aún ni hemos desayunado. Cosa que no tardamos en poner remedio:
empieza el día... con energía!! |
Un par de cafés, un pincho de tortilla y una pulguita de jamón serrano. Por mucho que digamos, si es que como en España... no se come en ningún lugar del mundo mundial. Y el que diga lo contrario miente cochinamente!!
Con todo esto y puesto que nos encontramos cerca del Guggheim empezamos nuestro recorrido por aquí. En esta primera visita a la ciudad no vamos a entrar a ver las exposiciones, principalmente por falta de tiempo, pero el lugar donde se emplaza el museo y la estructura en sí misma ya es toda una obra de arte.
entrada museo Guggheim |
Nos da la bienvenida Puppy, un perro de doce metros de altura todo cubierto de flores. Es obra del artista Jeff Koons y fue llevada a Bilbao durante la inauguración del museo, como exposición temporal. Sin embargo, le gustó tanto a los bilbaínos que se convirtió en una escultura permanente. Por eso podemos aún hoy disfrutar de ella.
Puppy |
En la parte trasera del museo, junto al Puente de La Salve se encuentra la escultura de una gigantesca araña de bronce, llamada oficialmente “Maman”. Es obra de la artista Louise Bourgeois y le dio el nombre en honor a su madre (la araña representa para la artista protección, seguridad y sacrificio; cualidades que veía en su madre). Además de esta que podemos ver junto al Guggheim hay una araña igual en Hamburgo, en Buenos Aires, en Mexico…y hasta en Japón (ya nos queda poquito para ver esta también!!).
“Maman” |
También en el exterior, podemos disfrutar de la obra "El gran árbol y el ojo", de Anish kapoor, una pirámide de bolas de metal que desafían a la gravedad.
"El gran árbol y el ojo" |
Pronto nos damos cuenta del segundo fallo que hemos cometido hoy y es que no hemos elegido el "atuendo" más adecuado. Cuando nos hemos levantado estaba nublado y la web de la AEMET daba tormentas y lluvia para todo el día de hoy, así que nos hemos decidido por vaqueros y zapatos cerrados para la lluvia... ERROOOOR. Hace un calor insoportable!!! ¿¿Quién ha dicho que en el norte siempre se está más fresquito?? no queda más remedio que movernos buscamos la sombra desesperadamente para no morir de deshidratación.
Siguiente parada el puente de Calatraba o puente de Zubizuri. Inaugurado en 1997 y diseñado por el famoso arquitecto español Santiago Calatrava, el puente se ha convertido, junto con el museo Guggheim, en un símbolo de la ciudad.
puente de Calatraba |
Si caminamos sobre el puente se supone deberíamos poder disfrutar de las vistas del río bajo nuestros pies, ya que el suelo está formado por baldosas de cristal. Pero el arquitecto cometía un error de cálculo (que raro...), y es que cada vez que llovía (que en Bilbao no pasa casi nunca...) eso se convertía en "una trampa mortal". La gente resbalaba continuamente y caía, así que tuvieron que cubrirlo.
puente de Calatraba |
Hacemos una parada técnica para hidratarnos, que no podemos más con el calor que hace!!!
nada como una cerveza bien fresquita... |
Y como estamos muy cerca del funicular que sube al mirador Artxanda y hace una mañana soleada decidimos hacer uso de él. El funicular en sí mismo ya es toda una experiencia. Fué construído en 1915 por una empresa suiza especializada en trenes alpinos y, después de sufrir varias reformas, sigue funcionando a día de hoy. El "bicho" es capaz de recorrer 770m metros, salvando un desnivel de 226 metros con una pendiente de casi el 45%, en tan solo 3 minutos. No esta mal!! Y además por algo menos de 1euro.
Funicular de Artxanda |
Desde el mirador se puede contemplar todo Bilbao: el Museo Guggenheim, la Torre Iberdrola, el Puente de La Salve, las torres Isozaki, el puente Zubizuri, la sede del BBVA, el Casco Viejo, el Teatro Arriaga… Y por primera vez soy consciente del enclave en el que está situado la ciudad, parece metida en un agujero rodeado de montañas!! (Ains, inocente de mi!!!... no sabia yo que Bilbao estaba llena de cuestas...)
vistas desde el mirador de Artxanda |
En el mirador también nos encontramos con dos esculturas: El Engranaje, una pieza original del primer funicular y que se encuentra nada más salir del mismo, y la Huella Dactilar, un homenaje a las víctimas de la guerra civil.
mirador de Artxanda |
Otra vez abajo hacemos el camino de vuelta hasta el palacio Euskalduna por el otro lado de la ría, donde podemos disfrutar de una vista diferente del museo Guggenheim. Desde aquí se aprecia perfectamente toda su estructura, como si fuese un pez gigante cubierto por una piel metálica de titanio.
vistas del Guggheim desde el puente de La Salve |
A las 2 tenemos una reserva para comer en el Etxanobe, el restaurante que se encuentra en la última planta del Palacio Euskalduna y que tiene una estrella Michelín.
exterior del Palacio Euskalduna |
entramos en el Etxanobe |
Puedes elegir entre diferentes menús, claro esta, con diferentes precios. Optamos por el menú expresión, consistente en 3 aperitivos que van cambiando cada día, Txangurro de gambas, Lasaña de anchoas en sopa de tomate, Txipipulpo con esfera de tinta y Rulo de cordero a baja temperatura con nube de patata. Todo ello acompañado de un Vino blanco, Txakolí de Vizcaya.
el pintalabios de sardinas no del todo de nuestro gusto, para compensar el atún que está espectacular |
platos del menú expresión |
La foto de la lasaña de anchoas, un clásico de este local, sale un poco perjudicada. Tiene una explicación, nos ansiamos y empezamos a comer antes de hacer la foto. (oh nooo!!!) Así que el plato está un poco "recompuesto"
Y un par de postres: Pastel de arroz y crujiente de canela, y Capricho de hinojo, fresa y tomate . Y para rematar, no podía faltar el café con sus petit fois y todo.
postres y petit fois |
La experiencia no puede ser mejor. Las raciones son pequeñas pero suficiente para salir satisfechos. El trato de sobresaliente (incluso en mitad de la comida salió a saludar el chef mesa por mesa) y al finalizar no nos encontramos sorpresas indeseadas en la cuenta (no cobran ni por servicio ni por el café... no podemos decir lo mismo de nuestra visita al Coque)
Cuando estamos terminando de comer nos planteamos acercarnos al coche a cambiarnos y ponernos unos pantalones cortos y justo en ese momento se pone a diluviar. Cuando salimos ya no llueve pero de todas formas nos acercamos al coche, eso si, a por nuestro mega paraguas. Ya veremos después que fué un acierto... CONTINUARA...