Excursión a Nara, Uji y Fushimi Inari

Hoy, para variar, toca madrugar!! Nos levantamos sobre las 6 de la mañana y nos vamos a comprar algo para desayunar a la misma "pastelería" de ayer. Después de dos días no nos convence mucho el sitio. Los bollos parecen del tipo europeo pero cuando de los llevas a la boca, sorpresa!!! Pero de que es esto!!!... Mañana nos plantearemos buscar otro sitio para desayunar...

Cogemos el tren a Nara sobre las 7 y cuando llevamos ya un rato, voy a hacer la primera foto para inmortalizar el "momento tren a Nara" y…. mmmm, que le pasa a mi cámara, no funciona… ¿¿??? ...Mieeeeeerda!!! Me he dejado la batería cargando en la habitación!!! Me cago en to lo malo!!!... Bueno, habrá que apañarse hoy con la compacta, la GoPro y los móviles. Menos mal que viajamos bien equipados…

Llegamos a Nara como en una hora y nada más bajar del tren nos acercamos a la oficina de turismo (aquí siempre esta señalizada con un interrogante y siempre encuentras una al salir de los tornos de la estación!! está todo super bien organizado para el turista) Nos dan un plano y nos recomiendan como hacer el recorrido y que autobús coger. Con estos calores hay que ahorra energía para las visitas así que compramos el pase del día por 500 yenes y cogemos el bus número 2 (justo en la salida de las estación) hasta la parada Daibutsuden, en la entrada del parque de Nara y a unos metros del gran templo Todaiji.

Aquí hay ciervos hasta en los asientos del autobús...

Nada más bajar del bus ya vemos los primeros ciervos, bueno, en realidad antes de verlos ya podemos olerlos... y es que con tanto bicho suelto lo que más hay son caquitas de ciervo por todas partes. En Japón los ciervos están considerados animales sagrados, y aquí en Nara, los puedes encontrar a cientos campando a sus anchas por todas partes.

Como no, no podemos resistirnos a comprar las típicas galletas en los puestos. Allá vamos!! Saco la primera galleta y se vuelven locos, me rodean como si no hubiesen comido en siglos y descubro, con cierto asombro, que los bichos arrean unos bocados interesantes cuando te ven con comida en las manos pero no a su alcance. Y mira que en el parque hay carteles que explicas los peligros de estos animalicos, no hay que olvidar que son salvajes... Pues la primera en la frente, primera galleta primer mordico en la cadera, menos mal que da en hueso y solo pilla camiseta. La tontería deja de tener gracia. Mejor verlos a cierta distancia y me limito a lo mío, hacerles fotos… C_viajera se piensa que estoy de coña con lo del mordisco y vuelve a la carga... como premio se lleva un mordisco en el culo… “animaliiiiicos, que mooooonos”.

Ciervos en el parque de Nara

Después de miles de fotos con los dichosos ciervos (pero sin rencor, eh?) nos dirigimos por fin al templo Todaiji, la estrella de Nara. Lo bueno es que al ser pronto podemos disfrutarlo con relativa tranquilidad, antes de que lleguen las hordas de turistas.

Este templo, pese a haber sido reconstruido y en la actualizar ocupar solamente dos tercios de su tamaño original, es el edificio de madera más grande del mundo. Con 48.6 metros de altura, 57.3 metros de largo y 50 metros de ancho. 

La sala Daibutsu es la mas importante del Todaiji y en su interior encontramos al gran buda Daibutsu. La figura es una de las mayores estatuas de bronce del mundo, mide 16m de altura y está hecha con 437 toneladas de bronce y 130 kilos de oro.

sala Daibutsu, templo Todaiji

Pero para lo que realmente se forma cola en este templo es para intentar atravesar el pequeño agujero que hay en uno de los pilares que lo sujetan. Parece ser que dicho boquete es del tamaño de los orificios de la nariz del buda y dice la leyenda que aquel que consiga atravesarlo por completo tendrá suerte, alegría y felicidad de por vida. ¿o es la iluminación? No me queda claro, pero allá voy yo.

Delante de mi hay un guía dando indicaciones en inglés a un par de valientes de su grupo. Tomo nota: hay que pasar como de lado, con los brazos estirados hacia delante y empujarte con las piernas para ir pasando. Me toca y tensión, tensión... que esto es más difícil de lo que parece, menos mal que E_viajero viene a rescatarme y tira un poco de mis bracitos, lo justo para pasarlos un poco y ya poder hacer fuerza con ellos para pasar el resto del cuerpo. Objetivo conseguido!!!. Mi pregunta es... ¿conseguire finalmente que me toque la primitiva? con tanta suerte que llevo acumulada, a ver si me viene la "iluminación" al rellenar los numeritos...

objetivo conseguido!!

En la parte trasera del Daibutsu-den hay un sendero que asciende hasta el templo budista, Nigatsu-do. No es de los templos más importantes de Nara, pero vale la pena hacerle una visita, así que para allí que vamos.

Sobre todo destaca por su terraza de madera, construida como un mirador sobre la ciudad de Nara y las montañas que la rodean.

templo Nigatsu-do

Después de esto ponemos rumbo al templo Katsuga Taisha, uno de los santuarios más famosos del país, conocido por la impresionante colección de lámparas de piedra y bronce que alberga. Solo el acceso al templo ya merece la pena, se asciende por un sendero en medio del bosque con cientos de linternas de piedra a ambos lados. Espectacular!!

entrada templo Katsuga Taisha

Entrar al interior del templo, eso sí, es previo pago. Así que después de pasar por caja podemos disfrutar de los cientos de linternas de bronce que cuelgan de sus pasillos. Parece ser que solo se encienden en la celebación del Mantōrō (en febrero y agosto). El resto del tiempo permanecen apagadas, aunque en una sala oscura se mantienen una buena cantidad constantemente encendidas. Precioso, y eso que solo son unas poquitas.

linternas Katsuga Taisha

Cogemos el autobús y nos vamos a comer. Lo intentamos en un restaurante que nos han recomendado en la oficina de turismo que por fuera tiene muy buena pinta, pero al entrar nos dicen que ya no dan comidas. Y son solo la 1.30!!! Que chasco!! al final terminamos en el MC Donalds.

¿alguna duda con la cuenta?

Con la tripa llena nos acercamos a nuestra última visita en Nara, el templo Kofuku-ji. Este templo originariamente estaba en Kioto, pero se trasladó en el año 710 a Nara. Llama la atención sus dos pagodas, una de 3 plantas y otra de cinco plantas que datan de 1143 y 1426 respectivamente. Se supone que la pagoda de cinco pisos es la segunda más grande solo superada por el To-ji de Kioto.

Al llegar nos encontramos que una parte está en obras. Así que fotito típica y vuelta al bus que nos deja en la estación de tren.

templo Kōfuku-ji

Repasamos el planning para hoy y decidimos que nos da tiempo a acercarnos a Uji, aunque sea una visita "relámpago". Volvemos a coger la "JR Nara Line Rapid Service" y estamos allí en apenas 30min.

Esta ciudad es famosa principalmente por tres cosas:

• El santuario Byoudouin, declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1994 y famoso por aparecer en el reverso de las monedas de 10 Yenes.

• Por su té verde, que es considerado como uno de los mejores tipos de té de todo Japón. Además la ciudad cuenta con la tetaría mas antigua del mundo (Tsûen) que sirve té desde el 1160. ¡¡ No me puedo perder esta visita!! (obviamente, dado mi amor por el té verde, es en tono irónico...)

• Y por ser el lugar donde se encontró una de las novelas más antiguas del mundo, el “Genji Monogatari“. Que inculta de mí, ni idea la verdad, pero es lo que pone en la guía...

Nada más llegar nos dirigimos directamente al santuario Byoudouin, declarado Patrimonio de la Humanidad el 1994. Disfrutar de sus jardines implica el previo pago de la entrada de 600 yenes (unos de los templos por los que más hemos pagado), pero sin duda merece la pena, podemos decir que, sin ser de los más conocidos, es uno de los más bonitos que hemos visitado. Parece sacado de una postal, rodeado por un laguito y un precioso jardín. 

Lo que hace especialmente conocido al templo es su edificación principal, el Pabellón del Fénix, situado en el centro del lago y flanqueado por dos Aves Fénix en el techo. Su interior alberga la estatua del Buda Amida y otras 52 estatuas de diversos bodhisattvas o Budas. Nosotros nos quedamos con las ganas de ver el interior ya que cerraba a las 4:10 pm y no nos dió tiempo. Una pena.

santuario Byoudouin, Uji

Si váis con más tiempo que nosotros (y os gusta el té verde...), quizá os interese visitar la casa de té Taihoan, a pocos metros al sur del templo Byodo-in. Es una casa de té abierta por el ayuntamiento de la ciudad para mostrar a los turistas la famosa ceremonia del té. Los tickets se venden en la oficina de información turística (Precio: 500 yenes. Horario de 10am-4pm)

De vuelta al tren, pasamos por la calle Byodoin Omotesando que no es más que un paseo rodeados de comercios dedicados casi en exclusiva al té verde y donde puedes degustar helados con sabor a té verde, galletas con sabor a té verde, dulces con sabor a té verde (incluido kit-kat's de té verde...) ¡¡mi calle preferida de todo Japón!! 

se me hace la boca agua (obviamente tono irónico).

Terminamos el paseo en el impresionante puente de Uji, uno de los tres puentes más antiguos de Japón, construido en el año 646 y actualmente reconstruido con cemento y recubierto de madera.

Sin cruzar el puente, a la derecha se encuentra la estatua en honor a Murasaki Shikibu, autora de "Genji Monogatari", considerada como la obra maestra de la literatura dinástica japonesa.

puente Uji y estatua en honor a Murasaki Shikibu

Con esto termina nuestra visita a Uji y nos ponemos en camino hacia Fushimi Inari. Volvemos al tren, pero esta vez hay que coger "JR Nara Line Local", el servicio rápido no para en la estación de Inari, mucho cuidado con esto!! Son otros 20 min y listo.

Cuando llegamos hay más gente que en la guerra así que decidimos simplemente pasear por allí un rato, hacernos un par de fotopostureos y volver a primerísima hora otro día. Lo bueno es que el santuario de Fushimi Inari esta siempre abierto al público las 24h del día y no hay que pagar entrada para visitarlo.

Fushimi Inari.

Ojo!! en verano, tanto si los visitáis a última hora de la tarde, como a primera hora de la mañana, ya os podéis untar bien de relec extra fuerte... Los mosquitos aquí son como sanguijuelas con alas. En esta primera visita fuimos precavidos, pero en la siguiente no tuvimos tanto cuidado y pagamos las consecuencias... Encima nos dieron alergia (a mi nunca me había pasado...), menos mal que siempre llevamos un buen botiquín y teníamos antihistamínico.

Después del paseo por Fushimi Inari regresamos a Kioto agotados de todo el día sin parar. Solo nos queda energía para cenar algo por el camino, ya cerca del alojamiento. Entramos en un curioso restaurante donde te haces tú tu propia comida en una especie de hornillos de gas y ni tan mal. Aunque cuidado con lo que pedís que aquí la casquería se "lleva mucho"... Al menos la carta está en inglés, y no hay lugar a duda de lo que te llevas a la boca 

rematando un día fantástico

Conclusiones: este ha sido uno de los días más fotográficos del viaje y yo sin mi cámara... mi,mi,mi... Aunque puedo decir que es uno de los que más he disfrutado!!