Día 2: Tokio - Nikko - Tokio
Excursión a Nikko y tarde en Tokio
Amanece un nuevo día y hoy sí que ha sonado el reloj!! Nada más y nada menos que a las 6:00 de la mañana.!! Y es que nos vamos de excursión a Nikko y hay que aprovechar bien el tiempo!!
Sabemos que algunos de sus templos llevan en restauración varios años. Por ejemplo, el pabellón principal del Rinno-ji está en obras hasta el 2020 y la principal puerta del templo Toshogu (la puerta Yomeimon) está en obras hasta el 2019. Aún así decidimos incluirlo dentro del planing y hay que decir que no nos arrepentimos. A pesar de los andamios los templos siguen siendo impresionantes (no en vano, todo el conjunto fué declarado patrimonio mundial de la humanidad en 1999).
Desayunamos en la habitación unas cositas que compramos la noche anterior en el super en frente del hotel... Solo puedo decir que la inmersión en la gastronomía local está siendo un poco dura. La primera en la frente, los cartones que parecían batido de chocolate en realidad son de café con leche . Aquí no se estila mucho eso de los batidos, más bien bebidas de té con todo tipo de sabores (coco, plátano, …) Y si el envase es marrón, es café en cualquiera de sus versiones. Lección aprendida!! Los bollos también son peculiares, podría decirse que el chocolate no es algo muy común por estos lares…
Y rápidamente nos vamos a la estación de tren de Ikebukuro, a 5 min andando, a estrenar nuestro JR pass. Esta primera vez, cuando pasas, te tienen que poner un sellito en el papel, luego ya simplemente basta con enseñar el cartón al estilo placa del FBI. Te abre todas las puertas... Eso sí, después de 14 días acabas hasta el gorro de enseñar el dichoso papelito. Terminas llegando a la conclusión de porque no hay prácticamente paro en Japón… ¡¡están todos trabajando para el JR!! En todas las salidas/entradas (y hay estaciones con muuuuchas, no solo una entrada/salida) hay una persona humana para decirte "pasa, pasa" (pero en japones, claro).
Para llegar a Nikko tenemos que coger 3 líneas distintas de tren y tardaremos unas 2h. Primero la JR Saikyo Line Rapid que nos deja en Omiya, luego un shinkansen que nos llevará hasta Utsunomiya. Y una vez en Utsunomiya, cambiaremos a la Línea local Nikko.(NOTA: salen trenes directos desde Ikebukuro a Nikko pero hay que pagar suplemento. Esta muy bien explicado en la web del JRP.)
camino a Nikko. Fácil, no?? no tiene pérdida!! |
Aprovechamos estos desplazamientos en tren para ir tomando apuntes para el blog y unas dos horas después llegamos a Nikko. Aunque hemos llevado mucha información de casa, lo primero que hacemos es pasarnos por la oficina de información turística donde nos dan un plano con todo lo que hay que ver y nos explican cómo llegar a los principales puntos de interés. Justo en la misma salida de la estación de tren pillamos el autobús 1A. No vale el JR pass, pero podemos usar nuestras tarjetas SUICA. Se entra en el autobús por detrás, pasas la tarjeta para que quede marcado donde te has montado y cuando llegas a tu parada te bajas por la parte delantera y vuelves a pasar la tarjeta. Es aquí donde te cobran. Fácil, fácil.
Bajamos en la parada cercana al puente Shinkyo.
puente Shinkyo |
El puente, de color rojo laqueado, tiene una longitud de 28 metros de largo, y fue construido en 636 (el actual es una reconstrucción de 1904 tras la destrucción del original en las riadas de 1902), en el sitio donde tuvo lugar el legendario cruce del río por Shodo Shonin. La leyenda cuenta que el ermitaño que dio origen a Nikko atravesó el río a lomos de dos serpientes, representadas hoy en día por el puente.
camino a los templos |
Después de la sesión de fotopostureo correspondiente seguimos camino hacia la zona de los templos. Frente al puente, cruzando la carretera, se puede ver un camino de escaleras que nos lleva hasta el templo budista Rinno-ji que es el más importante de la ciudad. Como ya comentamos está en obras, así que pasamos de largo. Otra vez será…
templo budista Rinno-ji |
Nuestra siguiente parada la Capilla-Mausoleo Toshogu. El complejo está dedicado a Tokugawa Ieyasu, el señor de la guerra que unificó Japón. A su muerte, en 1616, Nikko se convirtió en el lugar de descanso de sus cenizas y su nieto Tokugawa Iemitsu comenzó la edificación de un mausoleo en su honor para venerar el espíritu de Ieyasu.
Pagamos el ticket y atravesamos el torii gigantesco de granito que da entrada al templo.
entrada Toshogu |
Entramos en un primer patio donde se pueden ver varios edificios profusamente decorados y llenos de colorido.
La pagoda de Tōshōgū que fue construida en 1650 y reconstruida en 1818 tras un incendio. Sus cinco niveles representan, de manera ascendente, a la tierra, el agua, el fuego, el viento y al cielo.
Los Sanjinko o tres almacenes sagrados. En el ultimo de ellos no os perdías los peculiares relieves de los elefantes, su forma se debe a que el artista que los tallo nunca había visto uno en persona. Bastante bien están, no? ja,je,ji,jo,ju.
recinto de Tōshōgū |
Y el establo sagrado. En cuya parte frontal, cerca del techo se encuentra el conocido grabado en madera de los tres monos sabios ("no oigo lo que no debe ser oído", "no digo lo que no debe ser dicho", "no veo lo que no debe ser visto").
establo sagrado |
Según la leyenda, los tres monos fueron enviados por los dioses a la tierra para que delatasen las malas acciones de los humanos. Cada uno de ellos fué dotado con dos virtudes y un defecto que les ayudasen a cumplir su misión. Kikazaru, el mono que no oye, era el encargado de emplear el sentido de la vista para vigilar a todo aquel que realizara malas acciones y se las transmitía mediante la voz a Mizaru, el mono que no ve. Mizaru, no necesitaba su sentido de la vista, ya que solo se encargaba de llevar los mensajes que le contaba Kikazaru hasta el tercer mono, Iwazaru, el mono que no habla. Iwazaru era el encargado de decidir qué castigo de los dioses le correspondería al desafortunado, y vigilaba que se cumpliese.
La conclusión de la enseñanza sería algo así como “no escuchar lo que te lleve a hacer malas acciones”, “no ver las malas acciones como algo natural” y “no hablar mal sin fundamento”. Toma ya!! casi nada!!
Seguimos paseando por el templo, cruzamos un segundo torii, subimos una calera dejando a ambos lados la torre del tambor y de la campana, (las cuales albergan los instrumentos que simbolizan al nacimiento y a la muerte) y atravesamos la puerta Yomeimon, totalmente cubierta de andamios.
al fondo se pueden ver los andamios...oooooh, que pena. |
puerta Yomeimon en reconstrucción |
Tras pasar la Yomei-mon hay otra puerta, Kara-mon, con una decoración espectacular. Está pintada de blanco y oro, y tiene relieves de dragones, flores y otras figuras.
Por un lateral, a la derecha, se puede entrar en el Honji-do, una pequeña sala en la que un monje hace una pequeña demostración del "rugido del dragón". El "dragón rugiente", es una pintura del techo de la sala. El monje se sitúa bajo la cabeza de dragón y golpea dos bastones de madera provocando un eco que se interpreta como el rugido del dragón... La cola para poder entrar era como de 1hora, podemos asegurar que no compensa la espera. Además todo el rollo que cuenta es en japones
Kara-mon, Toshogu |
A la derecha del patio está la puerta Sakashitamon, donde se puede ver la famosa figura del gato durmiente. No tiene pérdida, donde esta toooooda esa cola de gente haciendo fotos… La figura es un gato tallado en madera que "parece de verdad" y cuentan que por ello no hay ratas en este templo.
camino hacia el mausoleo de Tokugawa |
Desde la puerta sale un camino que sube la colina hasta el mausoleo de Tokugawa Ieyasu. Pasamos por debajo del gato y comenzamos el camino de ascenso. Para subir a la tumba hay miiiiiiles (bueno, unos pocos muchos) de escalones y hordas de personas humanas que curiosamente han tenido la misma idea que nosotros y allí están todos. Y en agosto hace muuuuuucho, pero que mucho calor!!! Así que toma NOTA: no comenzar la ascensión sin llevar agua. Por cierto, por todo Japón encontraréis miles de máquinas expendedoras de refrescos, pero en este caso, te recomendamos que compres la bebida abajo, antes de cruzar la puerta principal del templo ¿Por qué? La única máquina que veréis después se encuentra casi ya al final de este tramo inhumano de escaleras, en una pequeña área de descanso con unos bancos y una única máquina de refrescos. Tú llegas allí medio deshidratado y se te abre el cielo cuando ves que puedes comprar algo de beber, pero la alegría dura poco… Solo venden un tipo de lata: de té verde. Compramos una y damos el primer trago. Mmmmmm, joder, que asco!!. Me falta el canto un duro para vomitar allí mismo. Que chasco!!
"delicioso" refresco de té verde... mmm, que asco |
Después de darle vueltas tenemos dos posibles teorías que justifican la presencia de esta máquina expendedora de refrescos del infierno:
- Forma de pensar japonesa: "es la bebida nacional y esta rico rico, mmmmm, que bien esta maquinita aquí"
- Forma de pensar española (que es lo que pensamos nada más darle el primer sorbo a la lata): "han colocado aquí esta máquina infernal porque sino no tienen otra forma de deshacerse de este líquido infumable!!! … puaaaaj".
Que diferentes son nuestras culturas!!! Lo que si nos queda claro es: Té verde 2 - Nosotros 0.
Vista la tumba comienza nuestro camino de vuelta hacia la entrada. En este punto consideramos que ya hemos tenido suficiente de templos, parece que no, pero se te van fácilmente más de 2 horas en visitar cada uno y además vamos a ver muuuuchos los días posteriores (después de unos cuantos viajes vamos aprendiendo, que en esto del turisteo no se trata de verlo todo, todo y todo, sino de disfrutarlo ) Así que nos dirigimos hacia el abismo de Kanmangafuchi, que nos parece una cosa más curiosa . Y acertamos de pleno!!
camino al abismo de Kanmangafuchi |
Para llegar tenemos que tirar de nuestro super wifi y del bendito google maps, porque no tenemos muy claro dónde queda. Son unos 35min andando pero a plena solanera, uuuuuf que calor… eso sí, merece la pena. Huimos de las hordas de turistas y tenemos un rato para hacer lo que nos gusta. Fotos sin nadie que nos perturbe… Juas, juas, juas.
Disfrutamos de un agradable paseo a la orilla del río con la única compañía de las 70 estatuas de Jizo... ¿70? ¿seguros? estos jizos son conocidos como jizos fantasma, se dice que las estatuas juegan con los viajeros escondiéndose o cambiándose de sitio, algo que hace imposible contarlas con exactitud
estatuas jizo |
Con esto damos por finalizada nuestra visita a Nikko. Volvemos al centro del pueblo y cogemos el autobús de vuelta a la estación de tren JR. Antes de subir compramos unos sándwiches que devoramos en el tren y en otras dos horas estamos de vuelta en Tokio.
totalmente mimetizados con el entorno... |
Esta vez paramos en la estación central y cogemos la “JR Yamanote line” hasta la parada de “Hamamatsucho”. Desde aquí hay que andar unos 15-20 min para llegar al templo Zojo-ji.
De camino al templo podemos disfrutar de la Torre de Tokio de fondo. Una enorme mole como una Torre Eiffel de color rojo chillón. Como apunte curioso, es 13 metros más alta que la torre francesa y casi una tercera parte del acero empleado en su construcción procedía de la chatarra recuperada al final de la II guerra mundial. Si te acercas hasta su base se puede subir hasta arriba para disfrutar de las vista panorámica (820 yenes por el piso intermedio, a 150m de altura, o 1.420 yenes para subir a la cima a 250 m). Una vez más, lo dejaremos para otra ocasión.
Torre de Tokio |
El templo Zojo-ji es el templo principal de la rama de budismo Jodo-Shu y es considerado como uno de los tres templos más importantes de la ciudad, junto con el Meiji Jingu y el Senso-ji. En realidad este recinto budista está compuesto de numerosos templos y otros símbolos religiosos, entre los que destaca el templo principal (cuya imagen con la Tokyo Tower al fondo es una de las fotografías que se pueden encontrar en todos los folletos de Tokio), su puerta de acceso, los pequeños templos y residencias para los monjes y peregrinos que acuden a los actos religiosos, así como el cementerio que se puede encontrar a la espalda del templo, o la gran campana que se encuentra a la entrada.
El templo nos gusta mucho, no hay casi turistas y en el interior hay monjes rezando. Hasta parece un templo de verdad porque hasta ahora… gente, gente y más gente. Que agobio!!!
templo Zojo-ji |
Eso sí, cuando ya nos vamos nos damos cuenta que nos han merendado los mosquitos . Y es que aquí son tamaño XXL. NOTA MENTAL: si vamos a ver algo que tenga un mínimo de verde (aunque sea en medio de la ciudad) fumigarse bien antes con Goibi extra fuerte. Sobre todo en los momentos de la salida y puesta de sol, que es cuando más pican...
Como aún es relativamente pronto nos vamos a la zona de Shibuya a ver el ambientillo. No pongo nada sobre este barrio ya que volveríamos unos días después y ya me está quedando muy largo este post . ¡¡Aquí es que los días son muy intensos!!!
Hoy nos recogemos un poco antes y buscamos un sitio para cenar por el barrio. Descubrimos que Ikebukuro los fines de semana está super animado!!. Elegimos el restaurante Mutekiya por sus excelentes críticas en el tripadvisor y no pudimos escoger mejor. El mejor ramen de Tokyo. Muy, muy rico. Pero tela la cola para entrar!! 1hora!!
restaurante Mutekiya |
Al menos podemos decir que mereció la pena.
ramen para cenar!!mmmm... delicioso |
Con la tripa llena y bien satisfechos nos vamos a descansar. Mañana más y mejor!!