Palacio de Catalina la Grande en Pushkin e Iglesia de la Sangre Derramada

Hoy nos levantamos con cierta calma, sin madrugar demasiado, ya que tenemos previsto visitar el Palacio de Catalina la Grande y hasta las 12am no abre. Aunque tampoco podemos descuidarnos demasiado, ya que en trasporte público se tardan unas 2h en llegar. 

El Palacio de Catalina la Grande fue una de las residencias de verano de los zares de Rusia y está ubicada en la ciudad de Tsárskoye Seló (Pushkin), a 25 km al sureste de San Petersburgo, Rusia. 

Para llegar en transporte público solo hay que seguir estos sencillos pasos:

• Primero hay que coger el metro hasta la estación Moskovskaya (línea 2 color azul)
• Y después coger un bus o Mini Bus (marshrutkas). Tienes distintas opciones: 287, 299, 342, 347, 371, 382 y 545. Para encontrarlos hay que salir al exterior del metro Moskovskaya y las paradas están situadas justo a la espalda de la estatua de Lenin que hay en mitad de la plaza.

No tiene pérdida!! es muy sencillo!!

de camino al Palacio de Catalina la Grande

Cuando llegamos a la parada de autobuses hay uno a punto de salir, así que nos apresuramos y montamos (ni miramos el número, el "cobrador" nos debió ver con cara de turistas y directamente nos dijo: "Pushkin", así que nos montamos sin pensarnosló). El trayecto duró unos 45 min y nos dejó justo frente al palacio.

Los tickets los llevamos comprados por internet para evitar colas. Aunque en esta ocasión (a diferencia de Peterhoff, que pasas directamente escaneando la reserva en los tornos), para poder entrar al palacio, hay que canjear el resguardo por las entradas "reales". Para ello hay que dejar atrás las casetas de venta de las entradas normales, pasar por debajo de un arco (el que aparece en la primera foto) y justo en el patio, a la izquierda hay una única caseta donde poder hacerlo. Al llegar está cerrada, pero preguntamos a una mujer que está también allí esperando y tenemos la suerte de toparnos con una simpática (de verdad, no en tono irónico) guía rusa que nos confirma que estamos en el lugar correcto, que esperemos, que ahora vuelven. Mientras, nos da conversación en un inglés (bastante mejor que el nuestro...) y nos cuenta que ha estado en España, que le encanta el museo del Prado...Un encanto!! y encima nos informa, que una vez que cambiemos el ticket, que no se nos ocurra ir a la puerta principal donde está todo el mundo haciendo cola para entrar, que podemos acceder por "la puerta de atrás" (justo la que aparece en la foto, al lado de la caseta donde se cambian los tickets), con entrada directa!! Genial!!

Palacio de Catalina la Grande

En esta ocasión, para poder realizar la visita, nos hacen dejar la mochila en el guardarropas y nos obligan a ponernos una especie de pantuflas en los pies, para no dañar los suelos de madera. Pasamos el arco de seguridad y ya podemos empezar con el recorrido, que, por cierto, no deja de ser bastante caótico... casi todo el mundo va en grupos guiados, y debido a la gran afluencia hay "organizadores" dentro del palacio, que van dando acceso o cortándolo, a las distintas salas... un auténtico "coñazo"... 

Aun así, no podemos dejar de disfrutar de todo lo que nos rodea: la escalinata de honor, decorada con jarrones chinos y japoneses, La gran sala, la más espaciosa del palacio, con 860metros cuadrados y con sus paredes paneladas con infinidad de espejos con marcos dorados, el comedor de gala, utilizado para los convites especiales...

Palacio de Catalina la Grande

Pero sin duda, la sala más especial del palacio, es el gabinete ámbar, conocido como la octava maravilla del mundo. Como su nombre indica se trata de una habitación completamente cubierta de paneles de ámbar. Y, ¿por qué era tan especial el ámbar? Básicamente, porque su precio era doce veces superior al del oro. Cuando Alemania invadió Rusia, durante el asedio a San Petersburgo (Leningrado), los nazis desmontaron y empaquetaron en 27 cajas todas las piezas para enviarlas a Alemania y nunca más volvieron a aparecer... Fue en 1979 cuando el gobierno soviético decidió iniciar su reconstrucción. Gracias a una serie de fotografías sacadas en 1904 fue posible tener una idea más o menos precisa de cómo era la habitación. El proceso duró unos 25 años e hicieron falta 6 toneladas de ámbar para completarlo. Por desgracia no se pueden hacer fotos del interior (aunque siempre se pude intentar un robado... es lo que tiene que esté todo lleno de gente, que los vigilantes no pueden estar a todo... 

Palacio de Catalina la Grande

La visita, la verdad, es bastante rápida. En unos 40min estamos fuera de nuevo. Toca pasear por los jardines y disfrutar de la fachada del palacio, decorada con el característico contraste de colores del barroco ruso: azul, blanco y dorado. Espectacular por fuera.... y espectacular la cola para entrar a esas horas...

Palacio de Catalina la Grande

Volvemos en autobús a la ciudad y comemos algo rápido en la av. Nevisky. La noche en tren está haciendo mella en nosotros así que decidimos acercarnos al hotel a descansar un poco. Después de una mini siesta reparadora nos ponemos de nuevo en marcha para hacer una de las visitas que más nos han gustado en San Petersburgo: la Iglesia de San Salvador de la sangre derramada (Iglesia de la Resurrección de Cristo) 

Iglesia de San Salvador de la sangre derramada

Fue levantada por orden de Alejandro III en el mismo lugar donde su padre, el zar Alejandro II perdió la vida el 1 de marzo de 1881 a causa de un atentado. Se construyó imitando las iglesias moscovitas de los s. XVI-XVII y exteriormente, con sus 5 cúpulas en forma de cebolla y su singular revestimiento multicolor, es simplemente espectacular!!

Pero aún nos aguarda lo mejor!! Todo el interior (paredes, columnas, techo...) está revestido de espléndidos mosaicos que nos dejan, literalmente, con la boca abierta. ¡¡7.000 metros cuadrados de mosaicos!! una de las mayores colecciones de mosaicos monumentales de toda Europa!!

Iglesia de San Salvador de la sangre derramada

Iglesia de San Salvador de la sangre derramada

Y lo mejor de todo es que podemos disfrutarlo prácticamente para nosotros solos . En verano (desde el 1 de mayo al 30 de septiembre), pagando un poco más (400rub en lugar de los 250rub de la entrada normal) se puede acceder al interior de 18:00 – 22:30 de la noche. Y podemos decir que el sobrecoste merece totalmente la pena. Estuvimos en el interior una hora completa que paso volando!! Las fotos no le hacen justicia, hay que ir a verla!!

Damos una vuelta por el pequeño mercadillo de de suvenires que hay justo en uno de los laterales, pegado al canal (no pude resistirme a un precioso imán de nevera...) y decidimos cenar algo en un restaurante cercano. El Meat Head.

Tiene una ubicación excepcional, al lado de un canal justo frente a la Basílica del Salvador sobre la Sangre Derramada. La carta es muy variada, la atención en perfecto inglés y el ambiente es muy acogedor. Relación calidad-precio muy correcta.

Nota al Pie

Nos retiramos a dormir, mañana más y mejor!!