Día 2 mañana: Nantes - Rochefort en Terre - Malestroit - Josselin
Visitando algunos de los pueblos más bonitos de Bretaña: Rochefort-en-Terre, Malestroit y Josselin
Hoy toca levantarse temprano. Comenzamos nuestro "road trip" por la Bretaña Francesa y tenemos por delante algunos de los pueblos más bonitos de esta región.
Primera parada...
Rochefort-en-Terre
Rochefort-en-Terre está clasificado oficialmente como uno de los “Pueblos más Bellos de Francia” (Les Plus Beaux Villages de France). Y en nuestra opinión, el pueblo merece, sin duda, estar en esta lista. Junto con Locronan es uno de nuestros pueblos favoritos de Bretaña.
Los coches, en temporada alta y los fines de semana, no pueden circular por su casco histórico, por lo que hay varios aparcamientos de pago en el exterior. No tiene pérdida, encontramos el primero nada más aproximarnos al pueblo y ahí mismo dejamos nuestro coche.
Emprendemos nuestra ruta sobre las 9 de la mañana y lo primero que nos encontramos es la Place de les Halles, donde antiguamente (en el s.XVII) se encontraba una Lonja en forma de herradura que albergaba los mercados y que también se utilizaba para celebrar el resto de ferias públicas.
A su derecha, se encuentra el Hotel Burban, un palacete que en su época hizo las veces de prisión señorial, y a su izquierda el Hotel le Pelican, que anteriormente fue un albergue. El Ayuntamiento queda justo en frente.
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| Rochefort-en-Terre, Bretaña | |
Continuamos hacia la plaza central, la Place du Puits, donde se ubica la oficina de turismo (una puerta coronada por una balanza nos advierte que estamos entrando en lo que antes fue el viejo Tribunal). Aquí podrás hacerte con un mapa donde viene marcada una bonita ruta para no perderte nada. O también puedes optar, como nosotros, por llevarlo descargado desde casa a través de la web de turismo de Rochefort-en-Terre.
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| Rochefort-en-Terre, Bretaña |
La plaza es realmente preciosa, con un bonito pozo adornado con flores en el centro y rodeado de viejas casas de piedra.
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| Rochefort-en-Terre, Bretaña |
Un monumento notable en la ciudad es el castillo medieval.
Este hermoso edificio fue construido en siglo XII sobre un espolón rocoso llamado "Roche Fort" (roca fuerte) y, a partir de entonces, el lugar fue llamado "Rochefort". La estructura que vemos ante nosotros sufrió graves daños en el siglo XIX y solo la fachada es original. No fue hasta el siglo XX que el pintor estadounidense Alfred Klots compró las ruinas y renovó el castillo.
El castillo está abierto al público de mayo a septiembre y contiene algunas pinturas de Klotz (aunque nosotros decidimos prescindir de recorrer el interior). Los jardines y el parque alrededor del castillo están abiertos todo el año y la entrada libre.
Además de admirar el hermoso castillo, desde aquí se pueden disfrutar de unas bonitas vistas del pueblo.
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| Rochefort-en-Terre, Bretaña | |
La Iglesia de Notre-Dame-de-la-Tronchaye, ubicada en la parte baja del pueblo, también es interesante.
La leyenda dice que en el siglo IX o X, durante las invasiones normandas, un sacerdote escondió una estatua de la Virgen María amamantando al niño en un tronco de árbol hueco para protegerlo del pillaje. Dos siglos después, una pastora encontró la estatua y la ciudad decidió construir una iglesia allí. Esta historia se cuenta en una de las vidrieras del interior.
Construida originalmente en el siglo XII, utilizando el granito oscuro local, fue reconstruido en gran medida con un estilo gótico en el siglo XVI, lo que le da un aspecto exterior algo inusual.
Tan interesante como la iglesia en el pequeño calvario de piedra tallada que se encuentra en la plaza, frente a la iglesia. Este data del siglo XVI y las esculturas representan varias historias bíblicas.
La antigua zona de los lavaderos, situada en el centro del pueblo, es otro punto interesante.
Se pueden ver dos lavaderos, el más grande era el Lavadero municipal, del siglo XVI, y se alimentaba de las aguas del arroyo. Junto a él y mucho más pequeño se encuentra un lavadero privado.
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| Rochefort-en-Terre, Bretaña | |
Aunque, el principal encanto de este pequeño pueblo, radica, sin duda, en la combinación de casas de entramado de madera y casas de granito con sus tejados de pizarra.
Una mezcla de estilo medieval y renacentista que hace que lo mejor de visitar esta localidad sea simplemente pasear por sus calles admirando los edificios, tomar un café o una sidra bretona en alguno de sus locales y descubrir las numerosas tiendas de artesanía y productos típicos de la zona.
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| Rochefort-en-Terre, Bretaña | |
Malestroit
La ciudad medieval de Malestroit está calificada como "Petites Cités de Caractère" de Francia, que son aquellos pueblos más bonitos del país, y cuya visita no deberías perderte.
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| Malestroit, Bretaña | |
Es un pueblo muy pequeño y se recorre rápidamente.
Lo mejor para hacerte una idea y visitar Malestroit es perderte por sus calles medievales, pero, por si tienes poco tiempo, lo principal es la plaza de Bouffay, donde destacan dos casas: La truie qui file y la Pélican, además de la iglesia de Saint Gilles.
También merece la pena echarle un vistazo a la calle de los ingleses, que sale de la plaza. En la fachada de algunas de las casas se ven mostradores para vender mercancía.
Como curiosidad, Malestroit tiene un canal navegable que corre al lado de la ciudad y donde es posible alquilar botes para explorar el curso del agua. El canal une las ciudades de Nantes y Brest a través del interior de Bretaña. Construido durante el siglo XIX, tiene 238 esclusas y su longitud total es de 385 km. A su paso por la localidad hay algunas esclusas para facilitar el paso de un lado a otro.
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| Malestroit, Bretaña | |
Josselin
Se trata de un pequeño pueblo de cuento, rodeado de frondosos bosques, con calles medievales y un castillo cuyas imponentes torres se reflejan en las aguas del río Oust.
Hay varios aparcamientos a lo largo del pueblo, nosotros dejamos el coche en un gran aparcamiento al aire libre en la zona baja del pueblo junto al río.
El centro histórico de Josselin destaca por sus calles estrechas con casas medievales de entramado de madera y por su bonita basílica.
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| Josselin, Bretaña | |
El nombre de esta última es "Notre dame du Roncier" o "Nuestra Señora de la Zarza". Un nombre curioso que hace referencia a la leyenda que explica el nacimiento de este templo. Cuenta la misma que un campesino del siglo IX descubrió entre las zarzas del bosque la estatua de la Virgen. Hombre de fe, el campesino llevó a casa la estatua y reunió a su familia para hacer una ferviente oración. Tras ella, se obró el milagro, y su hija ciega recuperó la visión.
La basílica se construyó originalmente en el siglo XI en estilo romano, pero la mayor parte de lo que vemos hoy es una reconstrucción posterior del estilo gótico flamígero, como se ve en las gárgolas a los lados. En el interior se pueden visitar las tumbas de Olivier de Clisson (uno de los dueños del Castillo de Josselin) y de Marguerite de Rohan, su esposa
Por la parte de atrás de la basílica, hay una entrada para subir a la torre del campanario. Desde aquí, y tras subir 128 escalones por una estrechísima escalera de caracol, se pueden disfrutar de unas hermosas vistas de la ciudad, el canal y el castillo.
- Acceso gratuito de mayo a octubre (9h30-17h30, excepto durante las horas de misa).
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| Josselin, Bretaña | |
La ciudad tiene una gran cantidad de casas de entramado de madera. Un total de nada menos que 54 siguen en pie. La mayoría están allí desde los siglos XVI y XVII. Un ejemplo particularmente bueno es la llamada "Maison du Porches", que alberga en su primer piso la Oficina de Turismo. Se ubica muy próxima a plaza que la catedral, más concretamente en la rue des Trente.
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| Josselin, Bretaña | |
Caminamos cuesta abajo desde la basílica y pasamos por una entrada al castillo y al canal (desde donde se tienen unas espectaculares vistas del castillo)
El castillo de Josselin domina el centro de la ciudad.
El castillo se construyó alrededor del siglo XI, sufrió una transformación sustancial durante el siglo XVII para hacerlo más cómodo como alojamiento, y nuevamente, algunas décadas después, se demolió una parte significativa de la estructura original. Aun así, hoy en día, sigue siendo un lugar muy imponente.
Antiguamente disponía de 9 torres y un impresionante torreón de 30 metros de altura, actualmente solo quedan 4 torres, las tres torres que se ven desde el lado del rio y otra que se encuentra en el interior del recinto
El castillo todavía está habitado y es propiedad de la familia Rohan, que originalmente lo construyó. Pero puede visitarse
Precio de la entrada:
- El castillo: 5,80 € / pers. desde 20 pers.
- El museo: 5 € / pers. desde 20 pers.
- Tarifa combinada * (castillo y museo): € 9.50
- El jardín: 2 € / pers.
Horarios:
- Del 2 de abril al 13 de julio: todos los días de 2 a.m. a las 6 p.m.
- Del 14 de julio al 31 de agosto: todos los días de 11 a.m. a 6 p.m.
- Septiembre: diariamente desde las 2 p.m. a las 6 p.m.
- Octubre: fines de semana y festivos de Todos los Santos hasta el 31 de octubre, desde las 2 p.m. a las 5.30 p.m
El interior del castillo está en perfecto estado de conservación y guarda toda clase de elementos decorativos, gran parte de ellos de la época medieval, incluidos muebles que datan de los siglos XVII al XIX.
Los jardines del castillo de Josselin son otro punto destacado de la visita: están bien mantenidos y vale la pena visitarlos. Cuenta con un jardín de estilo francés y un jardín de estilo inglés.
También en los terrenos del castillo (en los antiguos establos del castillo, en la 3 rue des Trente) hay un museo de muñecas que contiene más de 3.000 muñecas.
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| Josselin, Bretaña |
Nosotros no lo visitamos por dentro, preferimos sentarnos a comer y empezar a disfrutar de la gastronomía bretona.
A la hora de comer/cenar en Francia hay que tener cuidado con los horarios. Aquí se come sobre las 12.30am y se cena sobre las 7.30pm... unos horarios muy "tempranos" para lo que estamos acostumbrados aquí en España. Pero si no te ajustas a ellos corres el riesgo de quedarte sin comer... y lo decimos por experiencia...
En esta ocasión nos decidimos por un restaurante cercano al canal, llamado "La Marine".
Es principalmente una crepería, por lo que la elección fue sencilla... unos galettes.
Las galettes son la variante salada de los crepes pero la diferencia es que la mase está hecha con harina de trigo negro. La galette típica tiene huevo, jamón y queso y es una auténtica delicia, sobre todo cuando va acompañada de una sidra de la región!
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| Josselin, Bretaña | |
Continuará...
